Siempre fui una persona huraña, tuve que dejar un poco de lado eso cuando empecé a desarrollarme como profesionista ya que como consultor tenía que hablar con clientes y de repente hasta llegar a hacer "migas" para entender lo que querían y así desempeñar mejor mi trabajo, pero mientras estuve en la escuela puedo decir que no hacía ronda con mas de 2 o 3 personas, nunca fui de las socialitos, populares ni mucho menos, incluso en la secundaria una vez casi todo el grupo me hizo la "ley del hielo" porque decían que era una sangrona que nunca quería juntarme con ellos en sus reuniones o equipos de tareas, y como siempre sacaba buenas calificaciones, pues decian que era una sangrona que no quería pasarles las tareas. Sin embargo más bien era que para mi eso era díficil ya que tenía una hermana pequeña por quien tenía que correr a casa saliendo de clases porque mis papás trabajaban y tenía que ir a atenderla. Cuando eso pasó sólo me hablaban un chavo y una chava, Christian y Rosa Isela, Christian era quién se sentaba en el pupitre de atrás de mi, estabamos acomodados por orden alfabetico de la lista, y como yo siempre le prestaba mis cosas (sacapuntas, plumas, etc.) pues el me siguió hablando como si nada, y Rosa Isela me dijo; oye te están aplicando la ley del hielo, pero yo les dije que tú a mí no me has hecho nada, que no tengo porque dejar de hablarte.
Más chica, estando aún en la primaria, mi mamá siempre tenía muchacha que le ayudará que mas bien era, que nos recibiera y diera de comer mientras ellos llegaban del trabajo, pues una vez nos quedamos sin muchacha y por mientras se conseguía otra nos quedabamos con una tía que vive a la vuelta de mi casa; el mismo lapso de tiempo, de que salieramos de clases a que llegarán mis papás, sería cosa de 4 hrs máximo, mi tía tiene 3 hijos varones + mi hermano eran 4 los peladitos que estaban ahí; yo siempre llegaba, comíamos y me ponía a hacer mi tarea, así cuando llegará mamá por nosotros ya habría terminado y así merendar con ella.
Un día mis primos y mi hermano se pusieron a aventar una pelota y luego como a jugar futbol, pues en una de esas me dieron un balonazo en la cabeza, duríiiisimo, de esas veces que sientes una sacudida horrible, sin llorar, le dije a mi tía lo que había pasado, y sabes cual fue su respuesta?
ellos son hombres y así juegan... NUNCA me hubiera dicho eso!, tome mis cosas, las guarde en mi mochila y me fuí a mi casa caminando (está a escasas 3 cuadras), mi hermano como fiel escudero, me siguió, teníamos menos de 9 años, puesto que Karla aún no nacía, pero aún con mi corta edad, echaba chispas! sin embargo en lugar de llorar y hacer escandalo peleando con mis primos y tía preferí irme, mi tía no se dió cuenta que nos salimos de su casa, imagínate! Llegando a casa, mi hermano casí por la lengua de fuera donde tuvo que casi correr para alcanzarme me dice: y ahora? no tenemos llaves y falta mucho para que lleguen papá y mamá. Mmm, espera, fui al jardín tome una piedra de esas bola con las que mi mamá cercaba sus rosales, la envolví en mi sueter y que le quiebro la ventanita que estaba a lado de la puerta, y mi hermano oooH!! nos van a regañar más! primero por habernos salido de con mi tía y después por quebrar el vidrio, el muy chilletas! metí mi mano, quite las cerraduras y abrí la puerta... charaaaaaaán! ya dentro de la casa le digo a mi hermano, tu me seguiste porque quisiste, -pues no te iba a dejar sola! - bueno tu no te preocupes, yo le explico a mamá, que claro que me regañaban cuando lo merecía pero por mis buenas calificaciones me ganaba por lo menos dar una explicación del porque de las cosas. De rato, llega mi tía toda asustada, que paso m'ija! porque se vinieron, le dije porque y ella insistía en que ellos eran hombres y así jugaban que no fuera chiflada, pues no me voy, no me voy, y no me voy! yo ya estaba en mi casa y ahí me quería quedar, mi hermano tampoco accedió a irse mi tía se fue a su casa que porque no podía dejar mas tiempo a sus "ángelitos" solos, dure muuucho tiempo sin hablarle.
Cuando llego mi mamá ya sabrás... claro! ardió Troya! me regañaron, pero creo que entendieron un poco mis razones porque ya no nos volvieron a dejar ahí, claro que con mis domingos (los que me daba mi abuelo) tuve que reponer el vidrio que había roto, y aunque yo tome toda la responsabilidad de lo sucedido, mi hermano tomo el castigo también y me ayudo con sus domingos, que para que acabaramos de pagarlo mas rápido. Luego se nos ocurrio juntar más dinero vendiendo los Carlos V que nos regalaba mi abuelo junto con el domingo (tenía una tienda, así que de cada en cuando nos daba una cajita de estos).
Con ésto, mi mamá además de darse cuenta que su hija aunque era una niña aplicada en clases, era una vándala (aún me lo siguen recordando!) supo que tenía hijos independientes que buscaban soluciones, que aunque no eran las mejores (quebrar un vidrio¿?) no se quedaban de brazos cruzados viendo como se aprovechaban de ellos. (ah! porque mi mamá le daba dinero a mi tía para la comida y claro que no solo para nuestra comida!), pero no nos lo dijo hasta años después... Porque nunca fue por chiflazón o siempre querer tener la razón, si no era querer darme mi lugar, de toda la familia de mi papá, mi mamá era la unica esposa que trabajaba, mis tías se dedicaban al hogar, entonces yo veía en mi casa perfecto como los derechos y obligaciones eran parejos entre hombres y mujeres.
Así es, siempre he sido, además de huraña; terca y orgullosa, talvés no es algo que deba presumir, o sentir bien por ello, sin embargo, esto es parte de lo que fui y lo que soy ahora.